El pasado día 28 de noviembre de 2024, se celebró el 30 aniversario de la Federación Aragonesa de Solidaridad, en el salón de actos del Centro de Historias de Zaragoza. Con el aforo completo, en el acto hubo danza, intervenciones y reconocimientos. 

Os compartimos una selección de imágenes del evento y dos vídeos con testimonios de algunas de las personas que han formado y forman parte de FAS, los cuales se proyectaron durante el acto.

Podéis ver más imágenes a través de este enlace: Imágenes 30 aniversario

Cerró el acto Ricardo Álvarez, presidente de la FAS y socio fundador de ASA, con las siguientes palabras:

Muy buenas tardes autoridades, amigas y amigos, muy buenas tardes FAS.

Estamos de cumpleaños así que… FELICIDADES, FAS.

Felicidades por todo el camino recorrido.

  • Por las 50 organizaciones hermanas, incorporadas a las 9 iniciales del 94
  • Por las más de 1.000 personas voluntarias, las casi 70.000 socias y las 12.774 donantes 
  • Por las más de 1.6000.000 personas beneficiarias, de la mano de 200 organizaciones contrapartes.
  • Por el feeding 3000 –zgz no tira comida- y el feeding 5000
  • Por los pactos con los ayuntamientos de Zaragoza y Teruel, con la DPT y con el Gobierno de Aragón, aunque algunos no los hayan cumplido
  • Por el espacio SURALIA y el grupo de Comercio Justo que logró título para la ciudad de Zaragoza
  • Por los 23 informes sobre la Cooperación Descentralizada al Desarrollo en la Comunidad Autónoma de Aragón y los que seguirán
  • Por el impulso al Comité autonómico de Emergencias 
  • Por los miles de actividades de EPCG coordinadas por el grupo UNAQUÍ
  • Por el apoyo a personas migrantes y refugiadas
  • Por el Curso Básico lanzado en el 2000, los de Iniciación, las becas, las semanas… la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza
  • Por los cientos de miles de horas de dedicación y de trabajo, profesional o voluntario
  • Y por todo lo que me dejo de enumerar

Lo hemos hecho porque creemos con firmeza

  • que todas las personas son radicalmente iguales y tienen derecho a una vida digna allá donde hayan nacido, 
  • que nosotras, naciones enriquecidas, somos culpables del empobrecimiento relativo de las otras y debemos resarcir las, 
  • que es urgente acudir  a sus múltiples carencias con una ayuda generosa pero
  • que esa ayuda no va a equilibrar la insultante desigualdad que hemos generado
  • que para ello hay que cambiar las reglas del juego, hay que dejar de hacer anticooperación con nuestras políticas económicas, financieras, comerciales, industriales, agrícolas, pesqueras, de patentes…
  • que hay que dejar de sacarles con una mano mucho más de lo que les damos con la otra, hablando llanamente
  • que hay que lograr una coherencia de políticas de forma que todas ellas vayan dirigidas no a nuestro pobre interés particular, egoísta y prepotente, sino a un desarrollo sostenible, universal y equilibrado
  • y esa es tarea de ayuntamientos y comarcas, diputaciones y comunidades, estados y uniones internacionales
  • y también de cada cual.
  • Todas, instituciones y personas, mirando en cada momento a las necesidades de nuestros próximos de aquí pero también a las de nuestros próximos de allí, como dije el otro día, porque esa proximidad no es cuestión de distancia sino de humanidad,
  • porque vivir es vivir para los demás.

Hacen falta cambios estructurales, propuestas políticas no simplemente solidarias sino responsables con nuestro mundo, que vayan equilibrando la insultante desigualdad de que el 1.5% posea casi el 50% de la riqueza y el 40% solo disponga el 0.5%. Lo que significa hablar no sólo de gastos sino de ingresos.

 Y eso no da votos. Y los partidos, en quienes delegamos nuestra responsabilidad de la gestión pública, lo intuyen.

Pero no es verdad. El 70% de la población española cree que debemos ayudar a esos países. Debemos materializar esa creencia, debemos consolidarla, hacerla aflorar, que sea bandera para nuestra clase política y no una cuestión vergonzante que haya que disimular cuando publicitan sus presupuestos.

Por eso tan importantes son los que llamamos proyectos de desarrollo allí como los de sensibilización aquí – lo llamamos educación para la ciudadanía y la justicia global – para lograr una conciencia social entusiasta, que obligue a los cambios legislativos necesarios, para que la ayuda solidaria se convierta en derecho exigible de todas las personas en cualquier lugar del mundo.

¿Abrumador? No, nunca. ¿Utópico? Sí, cuando empleamos esa palabra en el sentido tantas veces repetido: para indicar la dirección por donde ir dando pasos ¡y no retroceder en sentido contrario!

No lo llegaremos a ver, pero lo podremos ir acercando aunque sólo sea medio palmo, con nuestra labor. Y eso merece la pena, eso da sentido a la vida. 

FAS, seguiremos en esa tarea, ¿verdad?

Encontrarás todos los detalles del evento en el siguiente enlace: Gran celebración: 30 años de FAS.

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