De acuerdo a lo programado, del 5 al 10 de octubre se realizó la Misión Humanitaria en Bojayá. Esta programación obedece a un plan sistemático de visitas a algunos municipios del departamento del Choco, los cuales se consideran con mayores afectaciones a causa del conflicto armado.
Del martes 5 al jueves 7, se llevó a cabo una reunión con la participación de más de 100 personas, dentro de los cuales había representación de las Diócesis de Quibdó, Istmina-Tadó y Apartadó, la Pastoral Social Nacional, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas, la Procuraduría Regional del Chocó, la Defensoría del Pueblo Regional Chocó, la JEP, la Comisión de la Verdad, la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, los Embajadores de Holanda y España, delegaciones de las Embajadas de Suecia, Alemania y Suiza, la Coordinación Regional del Pacífico, la Federación Luterana Mundial, Swefor, Codhes, la Cocomacia, la Mesa Departamental Indígena, el Foro Interétnico Solidaridad Chocó, las comunidades de Bojayá y algunas organizaciones etnicoterritoriales del San Juan y el Baudó, y algunas autoridades de Bojayá y Vigía del Fuerte.
Del 7 al 10, más de cincuenta personas, distribuidas por sectores, visitaron las comunidades ubicadas en los siguientes rios: Bojayá, Cuia, Napipí, Opogadó, Murrí y Buchadó. En cada comisión había presencia de las Diócesis de Quibdó y Apartadó, de la Cocomacia, Asorewa y Fedeorewa, y de algunas instituciones como Defensoría, Federación Luterana, Swefor, UBPD y Codhes.
Los objetivos de la misión fueron: acompañar a las comunidades afectadas por el abandono estatal y el conflicto armado, visibilizar su situación y realizar una agenda de incidencia con miras a la solución de sus problemáticas.
En las dos actividades se logró escuchar a líderes y comunidades, y constatar que la crisis humanitaria se intensifica en el territorio. Continúan el avance y dominio territorial de las AGC y el minado de caminos y cultivos que realiza el ELN. Los grupos armados persisten en amenazar a lideres y comunidades, desplazándolos y confinándolos. En algunos lugares se incrementa la siembra de coca y se presiona a las comunidades para que participen en esta actividad ilegal y se involucren con los actores armados. También hay casos de reclutamiento de menores, violencia sexual contra las mujeres y asesinatos selectivos.
Las comunidades están experimentando el miedo, el hambre y el abandono estatal que los entristece y angustia. Las ayudas humanitarias son ocasionales y mínimas.
Es necesario que la Presidencia de la República, la Gobernación del Chocó y la Alcaldía de Bojayá respondan con un mayor compromiso ante las necedidades reales y absolutamente graves que tienen las comunidades. Es preocupante la constatación de la desafortunada, pero evidente connivencia de la Fuerza Pública con las AGC.