“El problema que más nos ha sacudido ha sido el atentado contra el presidente Idris Deby, que le ha costado la vida”, comenta Manolo Fortuny desde Kyabé (Chad)

Así es como comenzaba la carta nuestro compañero Manolo Fortuny, una carta que relata los hechos del Golpe de Estado producido en Chad.  Manolo es responsable del proyecto de Tate Möe, en el que colabora ASA, cuya misión es la formación de parejas campesinas para convertirse en lideres dentro de sus comunidades.  

Comenta que lejos de los mentideros políticos de la capital -después del atentado contra el presidente Idris Deby- en Kyabé viven de rumores y de lo que anuncia la radio y televisión estatal, que guarda un enorme silencio sobre lo que en realidad ha ocurrido y lo que se está cociendo dentro del ejército, con una Junta militar que ha tomado el poder a las órdenes del hijo del presidente fallecido.

La constitución ha quedado anulada, la Asamblea nacional ha quedado suspendida y de momento se establece un toque de queda, en todo el país, desde las 8 de la tarde hasta las 5 de la mañana.

Manolo explica que las noticias que llegan desde el exterior les dicen que hay una gran división en el ejército, entre quienes estaban con el presidente difunto y los que eran partidarios de un cambio, apoyados por grupos rebeldes que operaban desde el norte del País, desde Libia.

Pero, como tantas otras veces en la historia reciente de este país, el protagonismo lo ha tenido de nuevo Francia, que al día siguiente mandaba bombardear la columna rebelde que planeaba llegar hasta N’Djamena.

A su entender comparte en la carta que la opción del gobierno francés, que tres días más tarde mandaba al presidente Macron para asistir a los funerales oficiales del malogrado Idris Deby, era: ponerse momentáneamente del lado de la junta militar que ha tomado el poder para seguir la estrategia tenida hasta ahora de un gobierno en la región que siga manteniendo a raya a los grupos yihadistas que crean inestabilidad desde el norte.

Nuestro compañero saca una conclusión: “Claro, esto es la visión política interesada de Francia, con su política panafricana, pero el oscuro porvenir que se cierne sobre la población chadiana, está en que lejos de dar una alternativa a corto y medio plazo, la bloquea todavía más”.  

Quiere, además, recalcar que el hijo de Deby que ha tomado el poder, tiene 37 años, y todavía no le conocen su voz pues no es capaz de expresarse en francés. De todas maneras, de aquí en adelante, nos invita a que leamos las informaciones en los periódicos españoles porque es, dice, más fiable.

Como apunte sobre la situación que le toca vivir en cuanto a restricciones dice que “a nivel muy local, lo que más nos repercute de momento es el toque de queda. Cuando salgo a dar mi obligado paseo sobre el asfalto de la carretera, bien sea de madrugada o al atardecer, tengo que cuidar bien el horario para no tener una desagradable sorpresa con los gendarmes de guardia”.

El texto completo se puede consultar en pinchando aquí.

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